Jade Handcuffs constituye ejemplo del marcado compromiso de Ai Weiwei con el antiguo legado de la artesanía china. Esta obra fue creada por maestros talladores utilizando jade verde, una piedra preciosa estrechamente ligada al pasado imperial de China. La pieza completa, incluyendo los eslabones de la cadena, ha sido recortada del mismo bloque de jade —una intrincada técnica tradicional. Ai ha utilizado con frecuencia técnicas artesanales tradicionales de China —incluyendo las relacionadas con la carpintería, la cerámica y la metalurgia— como una forma de evocar la desaparición de estas en medio de la creciente industrialización de la fuerza laboral china. Para Ai, esta desaparición refleja el modo en que el surgimiento de China como superpotencia económica global ha desestabilizado sus bases sociales, alterando al mismo tiempo su sentido de identidad nacional.   La escultura también ilustra la condena de Ai con respecto al establecimiento político chino, que ha sido criticado por sus violaciones de los derechos humanos, supresión de reformas democráticas y un sistema disciplinario duro y falto de transparencia. Como resultado de sus esfuerzos políticos, en el 2011. Ai fue encarcelado por el término de 81 días, durante los cuales fue esposado a diario a una silla para ser interrogado.