El Pérez Art Museum Miami presenta una nueva serie de obras de Nicolas Lobo (n. 1979, Los Ángeles; vive en Miami). La producción de Lobo, intensiva en investigación y enfocada en el proceso, comienza con una inmersión profunda en un amplio espectro de temas, desde subculturas marginales y redes ocultas —el movimiento Raëlian, la escena de baile Go-Go, la radio pirata ilícita— hasta puntos de fricción dentro del entorno urbano —tiendas multiservicio transnacionales, lugares de fabricación de drogas ilegales, mercados informales.
La lista de materiales que ha empleado va desde jarabe para la tos con sabor a uva hasta plastilina, terrazo, napalm y un refresco caducado con supuestas cualidades afrodisíacas. En los últimos años, el artista afincado en Miami se ha centrado en las formas en que el cuerpo humano se extiende al espacio socioeconómico, y viceversa.
Comisionada especialmente para una de las galerías de proyectos de PAMM, The Leisure Pit (El hoyo del ocio) es una instalación in situ que abarca un grupo de esculturas de técnica mixta, que el artista moldeó dentro de una piscina mediante un proceso experimental. El conjunto está relacionado con el interés de Lobo por las intersecciones entre los sistemas culturales, tecnológicos y corporales de consumo. El punto de partida de Lobo es un conjunto de formas de hormigón derivadas de componentes masivos de desagües pluviales, reducidas a escala humana. Para producir las esculturas finales, Lobo entrelaza estas formas con los moldes que utilizó para fabricarlas. Las carcasas exteriores de estos moldes incluyen otro nivel de imaginería, como una píldora de gran tamaño con el logotipo de Versace —una referencia a una legendaria variedad de la droga éxtasis— y antenas parabólicas con las huellas de una mano humana. Al convertir una piscina —el epítome de la recreación suburbana acomodada— en una instalación para la fabricación industrial, Lobo señala las demandas de las actividades de ocio privadas sobre los sistemas de infraestructuras públicas.
