ORÁCULO, de Tomás Esson, es una pintura al óleo sobre un lienzo que mide 10 pies por 19 pies. Tiene un formato horizontal, es decir, su lado más largo corre paralelo al piso. Este lienzo de grandes dimensiones está pintado de manera compacta con flores de colores vibrantes y hojas de palma verdes, alargadas y planas, con vívidos detalles de pétalos y tallos que se repiten. Es una composición repleta de imágenes que le dan un aspecto abarrotado. De izquierda a derecha, de arriba a abajo, las formas redondeadas de los pétalos en rojo, blanco, rosa y amarillo compiten con la verticalidad de los tallos, todo esto sobre un denso campo de follaje tropical verde y amarillo. En conjunto, la pintura tiene tanta cantidad de tallos y pistilos largos y estrechos que, a pesar de ser un paisaje, presenta por fuerza un efecto vertical. La mayoría de las flores parecen lirios cala. La forma de esta flor semeja una campana invertida, o una barquilla de helado vacía. El pétalo único se enrolla como un cono, creando un borde circular amplio y afinándose hacia la unión con el tallo. En el espacio vacío dentro del pétalo se alza el pistilo, una fina columna vertical que contiene los órganos reproductivos de la planta. Los lirios pintados en ORÁCULO varían notablemente. Fluctúan de varios pies a apenas 8 pulgadas de alto, y están distribuidos al azar por la amplia superficie. La más repetida de estas formas es la que tiene el pétalo blanco. Saliendo directo hacia arriba desde la cavidad cónica de la flor, vemos el pistilo verde que se proyecta por encima del borde del pétalo blanco. El pistilo termina en un círculo ensanchado con un agujero pequeño en el centro, como una manguera pequeña con una protuberancia en la punta. El borde del lirio blanco está pintado deliberadamente a manera de pliegue en un rosa vivo que semeja el color de la carne. A lo largo de la flor, donde se unen las dos partes del pétalo, los pliegues rosados se enfatizan, recordando los labios vaginales femeninos, y miran hacia el espectador. Las demás flores de ORÁCULO tienen diseños más tradicionales, algunas con cuatro, cinco o seis pétalos que emanan de un pequeño círculo rojo central. Están dispersas al zar por el lienzo, dando la impresión de una jardinera densa y exuberante.