Dara Friedman (n. 1968, Bad Kreuznach, Alemania; vive en Miami) utiliza las vistas y sonidos cotidianos como materia prima en sus obras de cine y video, las cuales vibran con una energía emocional.
Como ex alumna del renombrado cineasta experimental austriaco Peter Kubelka, Friedman aborda las tendencias del cine experimental del siglo XX que proponen una reducción radical del medio a sus propiedades materiales más esenciales. La artista elabora cada una de sus películas con un cuidado meticuloso, tomando decisiones precisas en cuanto al trabajo de cámara, el tipo de película fotográfica y la estrategia de edición, a la vez que considera cada aspecto de la presentación de su obra en el espacio físico, desde la escala de las imágenes hasta las cualidades específicas del equipo de proyección. En lugar de seguir narrativas lineales, sus películas suelen presentar gestos y situaciones concretas que planifica de antemano y que se desarrollan de acuerdo con reglas y pautas predeterminadas.
Sin embargo, a pesar de su exigente lógica y disciplina, el enfoque de Friedman sigue siendo evidentemente sensual y emotivo. Abundan las imágenes visuales y se pone un marcado énfasis en las experiencias corporales en sus películas, las cuales generan momentos de intensa catarsis, así como interludios serenos e incluso eufóricos. En años recientes, Friedman se ha dedicado más a explorar las complicadas fronteras entre los ámbitos público y privado, trabajando con músicos, bailarines, actores y otros participantes que selecciona a través de castings y audiciones. Estas colaboraciones experimentales conectan con su empeño fundamental de utilizar su obra como medio de generar empatía, a la vez que zarandea las paredes que separan al espectador del sujeto, a la artista del público, al yo del otro.
Esta exposición inmersiva, que abarca más de 20 años de producción creativa, es la primera retrospectiva de mitad de carrera de Friedman y la presentación más extensa de su obra hasta la fecha.
