Heaven’s Gate (Puerta del Cielo) es una nueva obra monumental del videoartista Marco Brambilla.
Una meditación suntuosa, satírica y vertiginosa sobre la ‘Fábrica de sueños’ de Hollywood, Heaven’s Gate (Puerta del Cielo) es una obra de psicodelia digital que emplea la misma tecnología de fotomontaje digital de última generación que las películas a las que hace referencia.
Confrontado con varias pantallas montadas una encima de otra en forma de tótem, el espectador viaja por un paisaje vertical de videoclips aglomerados en forma de collage y proyectados en un loop infinito, y su mirada es conducida hacia arriba a través de una serie de siete paisajes surrealistas. Las pantallas están dispuestas verticalmente en un tótem digital, y el monumento de nuestra adoración cuestiona la relación de la naturaleza humana con el consumo y el exceso. Los personajes de las películas y los escenarios fantásticos se transforman en memes que se proyectan en un loop infinito, atrapados en el tiempo como esculturas de los medios que han sido alejadas de su contexto original, y que ahora habitan un universo paralelo hipersensorial donde las líneas entre los juegos, las noticias, los Reality Shows y Hollywood son parte de la misma epopeya humana.
El título Heaven’s Gate hace referencia a la película de Michael Cimino, filmada en 1980, cuyos excesivos costos de producción llevaron a la bancarrota a United Artists y efectivamente pusieron fin a la era del director como auteur, allanando el camino para el dominio del estudio dentro de la industria cinematográfica, algo que ha continuado hasta nuestros días. La obra de Brambilla reapropia el lenguaje de la cultura pop para representar las tensiones presentes en la religión, la industria y la celebridad: ascensión y caída, inocencia y experiencia, vanidad y espectáculo, sexualidad y descubrimiento, simplicidad y exceso.
Al emplear el espectáculo para describir la vacuidad del espectáculo, Heaven’s Gate pone en práctica la famosa frase de Marshall McLuhan, “el medio es el mensaje”. A través de esta obra cautivadora, Brambilla pone de manifiesto la sobrecarga sensorial del compendio actual de cultura popular para envolver los sentidos del espectador en una hipersaturación de imágenes que es casi imposible de soportar.
Marco Brambilla no es ajeno a Hollywood, ya que dirigió la película Demolition Man (El demoledor) de 1993, que fue una meditación de estilo ciencia ficción sobre un futuro distópico, quizás no muy diferente al nuestro. Residente de Londres, Brambilla ha participado en numerosas exposiciones internacionales y su obra se encuentra en las colecciones del Museum of Modern Art; el Solomon R. Guggenheim Museum; el San Francisco Museum of Modern Art; la Fundación ARCO, Madrid; y la Corcoran Gallery of Art,Washington, DC. Su obra ha sido expuesta en el New Museum, Nueva York; la Bienal de Seúl, Corea del Sur; el Broad Art Museum, Los Ángeles; la Borusan Contemporary Art Collection, Estambul; y el Kunsthalle, Berna, Suiza. Su retrospectiva tuvo lugar en el Santa Monica Museum of Art. Brambilla ha colaborado con el Creative Time and Art Production Fund en Nueva York para presentar instalaciones de arte público, incluida su Nude Descending Staircase No.3 (2019) presentada en Oculus WTC por el Art Production Fund durante Frieze New York. Ha recibido los premios Tiffany Comfort Foundation y Tiffany Colbert Foundation. Obras de Brambilla han sido presentadas en la Bienal de Cine de Venecia y en el Festival de Cine Sundance, así como en la Fondation Beyeler en Basilea, Suiza.
