Uno se vuelve muchos explora legados que perduran y trascienden generaciones en las obras de once artistas brasileños negros. Con tópicos tradicionales, abstracciones geométricas y una honda reverencia por la cultura de su país, estos creadores nos ofrecen vislumbres de un mundo donde la resiliencia no es solo un rasgo, sino una herencia sagrada.
Un punto central de la exposición es el candomblé, religión afrobrasileña que aúna tradiciones de grupos étnicos del África Occidental, como los yoruba, fon y bantú, con aspectos del catolicismo romano. Inspirados en prácticas rituales, estos artistas rinden homenaje a deidades y espíritus ancestrales con obras que exudan potencia y sabiduría divina. La imaginería simbólica del candomblé es reimaginada aquí como testimonio visual de la fuerza de un pueblo que ha sufrido, persistido y prosperado.
En este conjunto de obras también resuenan con fuerza temas de la diáspora, reflejando experiencias de desplazamiento, sobrevivencia y continuidad cultural compartidas por los artistas. Mediante narrativas de identidad y pertenencia, estos yuxtaponen las complejidades de la historia con las realidades contemporáneas de las comunidades afrobrasileñas. Uno se vuelve muchos invita al público a un viaje que enlaza el pasado con el presente, mientras el eco de saberes ancestrales nos guía hacia un futuro iluminado por aquello que perdura.
Participan los artistas Emanoel Araújo, Mestre Didi, Sonia Gomes, Gustavo Nazareno, Paulo Nazareth, Antonio Obá, Alberto Pitta, Hariel Revignet, Tadáskía, Nádia Taquary y Rubem Valentim.
