Esta exposición examina las pinturas de Lynne Golob Gelfman en su relación con la tradición modernista de la cuadrícula. En sus diversas series, la artista radicada en Miami recurre a la repetición de formas lineales y geométricas que revelan su interés en las exploraciones tardomodernas de la estructura reticular y, por otro lado, su resistencia a las reglas formales y la abstracción pura mediante alusiones a estéticas no occidentales y al paisaje urbano y natural de Miami.
Si bien se presentan aquí obras tempranas de la artista de cuando trabajaba en Nueva York en 1968, así como sus primeras pinturas producidas después de su mudanza a Miami en 1972, la exposición se enfoca principalmente en las pinturas producidas durante las últimas dos décadas. En esta exposición, que incluye obras de la colección de PAMM, se pueden apreciar pinturas de cinco series distintas. La serie oil and sand (aceite y lija) hace referencia a las rejas de metal de forma curva y lineal utilizadas en muchos vecindarios de clase trabajadora en Miami para asegurar ventanas y puertas. Sus between paintings (pinturas entremedias) transforman las cuadrículas de las cercas de malla de alambre, a menudo utilizadas para dividir agresivamente los espacios urbanos, en campos brillantes y transparentes que evocan el movimiento de la luz solar en el mar. Gelfman ha vivido y trabajado en varias ocasiones en Colombia, donde ha investigado técnicas indígenas de tejido textil y cestería. Las series que evidencian estas influencias incluyen lines (líneas), donde marcas horizontales invisibles interactúan con aplicaciones de pintura que gotea verticalmente por la superficie, creando un patrón que recuerda las urdimbres y tramas irregulares de los textiles. La serie thru (a través) también recuerda los patrones de tejido mediante el uso de formas repetitivas de triángulos y cuadrados. Gelfman comenzó esta serie en la década de 1970, pero ha vuelto a ella en años recientes, produciendo obras en diferentes escalas y formatos. Para estas pinturas la artista aplicó pintura a un lado del lienzo, permitiéndola filtrar por la tela de manera irregular. Al final Gelfman retrabajó la pintura con el reverso hacia el frente. El efecto resultante, que mezcla el color del lienzo crudo con lavados pálidos de pintura, evoca los efectos decolorantes de la luz solar tropical.
En sus primeros tiempos de formación, Gelfman se familiarizó con el énfasis de la abstracción tardomoderna en las formas no figurativas y la autoconsciente evidenciación de la materialidad de la pintura como forma rectilínea bidimensional. Las referencias a las cuadrículas sirvieron como ejemplo extremo de esos intereses, como se ve en la obra de los modernistas tempranos como Piet Mondrian o Kazimir Malévich, o más tarde en las pinturas de los años 1960 de Agnes Martin o Sol Lewitt. La historiadora del arte Rosalind Krauss, en su influyente ensayo Grids (Cuadrículas) de 1978, exploró esta trayectoria estética, describiéndola como “mítica” por la manera en que llegó a hacer referencia tanto a la materialidad de la pintura, como a un nuevo simbolismo de espiritualidad no religiosa dentro del modernismo. Las obras tempranas que Gelfman realizó en Nueva York muestran estas influencias en su uso de formas seriadas y planas organizadas en patrones cuadriculados. Estas preferencias persistieron con su mudanza a Miami, así como en sus obras producidas durante las últimas dos décadas. Sin embargo, sus cuadrículas han sido continuamente contaminadas, rompiendo con las reglas formales del modernismo para responder a los contextos cotidianos de la artista, las diversas culturas y entornos, la luz cambiante y los patrones y ritmos que la rodean.