La colección del Pérez Art Museum Miami (PAMM) se centra en el arte moderno y contemporáneo. Si bien incluye ejemplos que se remontan al comienzo del siglo XX, la mayoría de las obras de arte que alberga la colección son de artistas vivos y han sido producidas durante las últimas décadas. Si bien este énfasis en las prácticas artísticas contemporáneas informa la adquisición y programación del museo, éste busca constantemente resaltar las conexiones entre nuestro momento actual y una historia del arte más amplia.
Inspirada en estos intereses por la historia del arte, la presentación actual de la colección permanente, instalada temáticamente en dos salas en el primer piso y cuatro salas en el segundo, se organiza en torno a los criterios históricos de los géneros pictóricos dentro de la pintura occidental y la jerarquía tradicional de géneros que se desarrolló durante el periodo del Renacimiento y fue promovida en las academias de arte europeas hasta el siglo XIX.
Los cinco géneros que se exploran en estas galerías —Naturaleza muerta, Paisaje, Escenas de la vida cotidiana, Retrato y Pintura de historia—, se desarrollaron como categorías cuando la pintura aún estaba en sus inicios como medio respetado. Cada categoría pretendía resaltar el rigor intelectual del medio. La jerarquía que se formó entre los géneros situaba a la naturaleza muerta en el extremo más bajo del espectro intelectual, ya que involucraba la representación de objetos inanimados, y a la pintura de historia en el nivel más alto de logro artístico, ya que representaba a sujetos humanos involucrados en temas alegóricos relacionados con la religión, la mitología o eventos históricos.
Estas categorías académicas fueron desafiadas en el siglo XIX con el desarrollo del modernismo y la vanguardia. Sin embargo, las características distintivas y el simbolismo tradicionalmente asociado con cada género han seguido resonando durante el último siglo. Los cinco géneros sirven como un punto de diálogo productivo con las obras de arte contemporáneas creadas dentro de un campo ampliado de prácticas artísticas, que incluyen no sólo la pintura, sino también la fotografía, el video y la instalación. La exposición Within Genres (Intragéneros) aborda el espacio crítico de los géneros como referente creativo y, al hacerlo, busca articular un enfoque transhistórico para la investigación y exhibición de la colección de nuestro museo, uno que celebra su vitalidad contemporánea y su continuidad histórica.
Escenas de la vida cotidiana
Históricamente, el género de las Escenas de la vida cotidiana, presentaba representaciones no alegóricas de actividades y contextos cotidianos, incluyendo vistas de la calle, mercados, lugares de encuentro y celebraciones rurales, así como la representación de tareas diarias realizadas en entornos domésticos. Con frecuencia, estas obras incluían temas anecdóticos, humorísticos o sentimentales, y fueron extremadamente populares entre la creciente burguesía de los siglos XVIII y XIX. Esta galería interpreta el género a través de obras de arte que representan elementos observados en la calle, vistas y detalles de interiores domésticos, así como representaciones de lugares de ocio y recreación.
Naturaleza muerta
El género de la Naturaleza muerta es conocido por su representación de objetos inanimados. Tradicionalmente, estos han incluido materiales del mundo natural, como flores, huesos, frutas y alimentos; así como objetos manufacturados como platos, vasos, instrumentos musicales, joyas u otros adornos personales. Los elementos representados en las pinturas de naturaleza muerta a menudo estaban vinculados a temas y mensajes religiosos, y tenían un significado alegórico. Las pinturas de naturaleza muerta creadas en Holanda durante el siglo XVII representan el género en su etapa más elaborada e híperrealista. Los artistas holandeses articulaban repetidamente temas de vanitas en las pinturas de naturaleza muerta de la época, utilizando objetos de lujo como recordatorios de la impermanencia de la vida y la naturaleza efímera de las riquezas y los placeres sensuales. Más tarde, dentro de movimientos vanguardistas como el fauvismo y el cubismo, el género se convirtió en una herramienta activa para experimentaciones radicales con el color y la forma.
Estas obras de arte de la colección permanente exploran el potencial cultural, político y emotivo de los objetos. Incluyen representaciones de naturaleza muerta en diversas formas, desde pinturas modernistas hasta obras más recientes que utilizan la fotografía, los medios digitales, la escultura y la instalación. Desde la presentación de objetos domésticos cotidianos hasta artículos de consumo y exhibiciones ceremoniales, estas obras de arte hablan sobre cómo los objetos inanimados continúan captando nuestra atención, deseos y recuerdos de manera constante.
Pintura de historia
Considerada como la forma más elevada de la pintura occidental dentro de la jerarquía de géneros, la Pintura de historia era el equivalente artístico de la epopeya literaria. Debido a su noble objetivo de mover al espectador ética y emocionalmente a través de la representación de grandes narrativas tomadas de la historia, y al hecho de que requería el dominio de todos los demás géneros, la pintura de historia era considerada el género más desafiante para los artistas. Desarrollado desde el Renacimiento en adelante, el género tradicionalmente abordaba narrativas bíblicas o míticas, pero a lo largo de los siglos se utilizó cada vez más para tratar temas seculares, como batallas específicas, celebraciones o eventos trascendentales.
Las obras contemporáneas seleccionadas para dialogar con este género incorporan material histórico de maneras que cuestionan cómo se construye, documenta y utiliza la historia en sí misma. Estas obras reúnen objetos, imágenes y actuaciones que hacen referencia a múltiples periodos de tiempo simultáneamente y se involucran con sitios antiguos, fuentes antiguas y modernas, así como formas contemporáneas de medios de comunicación.
Paisaje
El género del Paisaje se desarrolló durante el periodo del Renacimiento, cuando los paisajes naturales, que antes eran simplemente imágenes de fondo en pinturas religiosas, se convirtieron en tema propio. A medida que el género se desarrollaba, las vistas grandiosas del mundo natural se asociaban cada vez más con la espiritualidad y los estados psicológicos. Estas asociaciones se intensificaron durante el movimiento romántico de principios del siglo XIX, con su búsqueda de representaciones de “lo sublime”, una sensación interna de poder, asombro y belleza extrema asociada con el mundo natural. A partir del siglo XVII en adelante, las palmeras y las escenas tropicales comenzaron a aparecer en el género, como parte de los intereses expansionistas y coloniales europeos en el Medio Oriente, África y América. Las representaciones de paisajes indígenas se vincularon a partir del siglo XIX con ideologías nacionalistas tanto en Europa como en América.
Las obras contemporáneas exhibidas interpretan estos referentes históricos dentro del género del paisaje de diversas formas. Esta presentación pone especial énfasis en las escenas tropicales y los paisajes marinos de la colección de PAMM, ya que dialogan con el entorno natural de Miami y resuenan con contextos similares a nivel internacional. Los paisajes están continuamente definidos por los cuerpos que interactúan o migran a través de ellos, y las historias emotivas llevadas por estas personas se destacan en muchas de las obras de arte exhibidas.
Retrato
El Retrato fue considerado uno de los géneros más importantes en la jerarquía de los géneros de la pintura debido al rigor intelectual requerido para representar la figura humana. Históricamente ejecutado para la realeza y la nobleza, el uso de este género se expandió significativamente entre las clases adineradas de comerciantes europeos durante el periodo barroco del siglo XVII. Más tarde, a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, hubo una mayor democratización de los sujetos de retrato, con un énfasis particular en los autorretratos de los artistas de vanguardia. A lo largo de su larga historia, la pintura de retratos desarrolló diversas convenciones de iluminación, así como una variedad de formatos de encuadre distintivos, desde el “cuerpo completo” hasta la “vista de tres cuartos” o el “busto” (cabeza y hombros). Tradicionalmente, se ha otorgado valor a cómo los retratos transmiten el carácter interno de las personas representadas, en lugar de representar con precisión su apariencia física. Este proceso a menudo producía representaciones abiertamente halagadoras o embellecidas.
Las obras figurativas contemporáneas de esta colección juegan con el interés del retrato en revelar una “esencia verdadera” de las personas representadas. Las obras retratan a sus sujetos en formas exageradas o enmascaradas que incorporan tradiciones del draguismo, lo carnavalesco y la caricatura. Estas obras también critican la historia del género como una herramienta de las clases adineradas y poderosas, a través de las representaciones de artistas de poblaciones que históricamente han sido marginadas y no representadas en el género del retrato.