Carlos Cruz-Diez (n. 1923, Caracas; m. 2019, París) es una figura central en la historia del arte de finales del siglo XX. Sus investigaciones sobre el carácter efímero y siempre cambiante del color lo establecieron como un pionero del arte cinético y óptico. Con sus experimentos sobre el uso de la luz, el movimiento, el espacio y la participación del espectador, Cruz-Diez impugnó las nociones estáticas del arte visual, promoviendo lo que describió como “una conciencia de la inestabilidad de la realidad” y una nueva visión del arte como un encuentro perceptual y activo.
Cromosaturación es una instalación inmersiva que reimagina el color como una experiencia vivida y corporal. Concebida en 1965, la obra consta de tres recintos interconectados, cada uno iluminado en un tono: rojo, verde o azul. Sumergido en este entorno monocromo, el público recibe una especie de sobrecarga retiniana que pone a prueba los límites de la percepción visual. La obra resalta el color como propiedad inherente de la luz: un fenómeno físico y temporal que ocurre en tiempo real a medida que el espectador se desplaza por el espacio.
Al reimaginar el color como un encuentro corpóreo, Cromosaturación ejemplifica el aporte vital de Cruz-Diez a las prácticas experimentales de las décadas de 1960 y 1970, que dejaron de centrarse en el objeto artístico estático para privilegiar situaciones participativas que involucran el cuerpo, los sentidos y la impresión subjetiva. Su enfoque radical de la percepción anticipó las estrategias inmersivas y experienciales que definen gran parte del arte contemporáneo.
