I Saved My Belly Dancer (Yo salvé a mi bailarina del vientre) es una extravagante producción de Youssef Nabil (n. 1972, Cairo; vive en Nueva York) filmada en alta definición con un tratamiento de color que alude a fotografías vintage pintadas a mano, y que cuenta con la actuación de Salma Hayek y Tahar Rahim. La película es una hipnótica alegoría del patrimonio cultural egipcio y de las cambiantes percepciones de la posición de la mujer en la región.
En el Medio Oriente, la danza de vientre alguna vez se consideró una forma de arte elevado, y con frecuencia se hacían presentaciones en bodas y otro tipo de celebraciones. En años recientes, este tipo de costumbres elegantes —junto con su asociación a una actitud relativamente liberal hacia las mujeres— se han visto cada vez más amenazadas por las crecientes posturas conservadoras religiosas, así como la objetivización y sexualización de las mujeres en las imágenes comerciales. En este sentido, la película lamenta el desvanecimiento de las tradiciones que alguna vez fueron motivo de orgullo e importancia entre las cambiantes circunstancias ideológicas en el país natal del artista. Al mismo tiempo, deja entrever la posibilidad de que tales legados sobrevivan tanto en la memoria como en el exilio.