La obra investigativa y contundente de Antonio Vega Macotela examina de modo crítico temas provocadores en la historia de la sociedad, haciendo hincapié en las dinámicas de poder y el valor de cambio de la fuerza laboral humana. El cincel y el socavón asume la forma de una enorme caja de música interactiva. La obra consiste en un cilindro de madera equipado con cinceles de hierro que sirven de piñones para la caja de música. A medida que el cilindro rota, los cinceles oprimen un grupo de martillos y hacen que golpeen unos tubos de metal en secuencia, produciendo una serie de tonos metálicos que generan una suave melodía. La melodía pertenece a una canción que se sabe que los esclavos negros entonaban alrededor de la misma época en que ocurrió un levantamiento violento en un pueblo minero colombiano durante la última década del siglo XVIII. En la misma década de la revuelta, el relojero suizo Antoine Fabre inventó la clásica caja de música europea. Este objeto, que suele ser de muy fina manufactura, fue un artículo de lujo muy codiciado durante el periodo de la Ilustración. La versión de Macotela, amplificada a una escala monumental surrealista, pone de relieve los conflictos de clase social y laborales, evocando la relación histórica entre el colonizador y el colonizado, a la vez que concretiza el vínculo entre la riqueza europea y la violenta explotación de los individuos no europeos en el Nuevo Mundo y en otros lugares.