La obra de José Bedia está enraizada en la religión afrocubana del palo monte, de la cual es practicante iniciado. Bedia combina a menudo imágenes y narrativas tomadas del palo monte con elementos de las tradiciones espirituales indígenas del suroeste de Estados Unidos, las cuales ha estudiado por largo tiempo. Muchas de sus obras remiten también a la experiencia de la migración, sugiriendo algún lugar lejano o al dolor de separarse de los seres queridos. En Isla venado, Bedia presenta la extraña imagen de una isla de espesa vegetación, en forma de venado, que nada en un agitado mar azul. La imagen ejemplifica el tipo particular de realismo mágico que ha desarrollado Bedia y su uso frecuente de animales como símbolos transmisores de historias misteriosas. Muchos seguidores de las religiones afrocubanas creen que las deidades que adoran (conocidas como orishas) se disfrazan de animales o elementos del paisaje cuando visitan el mundo de los humanos. A tono con esta tradición, los animales que aparecen en las obras de Bedia (incluidos caballos, zorros, conejos y leones, además de antílopes y venados) son a menudo criaturas híbridas, mitad humanas o, en este caso, mitad geografía. En la tradiciones afrocubanas, el venado es un ser de gran sensibilidad, con la capacidad de predecir el futuro. También se representa como víctima de la maldad humana y como símbolo de traslado, migración, transición o transformación. En manos de Bedia, esta mezcla de referencias produce una poética interacción entre sus creencias espirituales y sus emociones por la isla natal de donde escapó en 1990. 
Identificación
Título
Isla venado
Fecha de producción
2006
Número de objeto
2019.204
Credit Line
Colección Pérez Art Museum Miami, donación de Sergio García-Granados 
Derechos de autor
© José Bedia
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Cualidades fisicas
Medio
Acrílico sobre lienzo
Dimensiones
70 ½ x 90 pulgadas 
Descripción visual
Isla venado, de Jose Bedia, es una obra en pintura acrílica sobre lienzo. Mide 6 pies de alto y un poco más de 7 pies y medio de ancho. Está colocada en orientación horizontal, es decir, el lado más largo corre paralelo al piso. El tema principal es la imagen de un ciervo o venado macho adulto, visto de perfil. Está pintado como una silueta negra y mira hacia el lado izquierdo del lienzo. La cabeza del animal puede verse hacia la esquina superior izquierda del cuadro. Su nariz y boca se proyectan hacia la izquierda, como el hocico de un perro. De la cabeza salen hacia atrás un par de astas, o formaciones de cuernos largas y paralelas, que suben hacia el borde superior del lienzo. El cuello del venado se extiende por debajo de su cabeza y se ensancha como un embudo al revés. Luego se aplana para unirse al lomo del animal. No podemos ver el resto del cuerpo del venado. Parece como si estuviera saliendo de un lago u otro cuerpo de agua, y el resto del cuerpo permanece sumergido. Por debajo de la figura principal que vemos fuera del agua, aparece su reflejo. Está pintado con manchas y pinceladas difuminadas que semejan los destellos de la luz de la luna sobre la superficie del agua. Dentro del reflejo vemos la pequeña silueta blanca de una sirena que asoma la cabeza, los senos y la cola de pescado por encima del agua. La extensa área negra del cuerpo del venado está cubierta de árboles verdes delgados, con hojas que se abren en forma de abanico, creando un dosel. Los árboles se repiten hasta cubrir todo el cuerpo del venado, y se proyectan hacia arriba desde la oscuridad del cuerpo como si estuvieran creciendo en una isla u otra masa de tierra, vista desde la distancia. El contorno negro del venado contrasta fuertemente con el fondo gris de la pintura. El fondo está pintado con una técnica semitransparente que le da un aspecto fluido, casi acuático. En la punta del hocico del venado hay una pequeña figura con cuernos. La figura aparece con las rodillas dobladas y sus dos cuernos sobresalen hacia atrás, de manera similar a la cornamenta del venado.
José Bedia
José Bedia — n. 1959, La Habana; vive en Miami 
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