Ledelle Moe trabaja conforme a la tradición de la escultura figurativa relacionada con monumentos conmemorativos, y sus obras se inspiran tanto en la historia de su Sudáfrica natal como en sus diversas migraciones alrededor del mundo. En esta pieza, documenta sus travesías por lugares como India, Sudáfrica y Estados Unidos casi como si se tratara de un diario personal. Reflexionando sobre los diferentes paisajes vistos, construye pequeñas esculturas figurativas que parecen una colección de antiguos artefactos excavados. Las cabezas que componen esta obra están hechas de concreto, tierra y acero. Para cada pieza, mezcla arena y tierra de los diversos países en lo que ha vivido o a los que ha viajado, para crear el concreto, un proceso que da a cada escultura un color y una textura diferentes, por lo que registran las características del lugar en particular. Las cabezas también tienen rostros perceptibles que las transforman en retratos anónimos. En este sentido, vienen a ser un mapa metafórico que traza los viajes de la artista, a la vez que alude a los legados históricos y culturales que han definido dichos paisajes.