La obra de Regina Silveira gira en torno a la sombra, y sus innumerables asociaciones con la muerte, el mal y la incertidumbre. Las “sombras” de Silveira (que por lo regular consisten en pintura negra o paneles de vinilo) parecen reflejadas en la pared en ausencia de una figura, creando un efecto siniestro y fantasmal. Más allá de los efectos perceptivos fascinantes de su obra, la artista ha utilizado el motivo de la sombra para transmitir un subtexto político, abordar nociones históricas acerca de la ilusión y el volumen, y establecer vínculos metafóricos con hitos artísticos del pasado.   Escada Inesplicável 2 es ejemplo de las ilusiones que han hecho famosa a Silveira. Su selección de la imagen de una escalera en esta pieza a gran escala crea una sensación de vértigo y regresión infinita semejante a la de M. C. Escher, a la vez que confunde la percepción del espacio negativo y positivo que tiene el espectador. Jugando con lo que se ve y lo que no se ve, Silveira hace hincapié en la noción de que el mundo visible en gran medida está determinado por la posición relativa de cada sujeto que percibe dentro de ese mundo (una idea que sin duda se puede vincular con sus predecesores del neoconcretismo brasileño, incluidos Lygia Clark y Hélio Oiticica). Por extensión, Silveira sugiere no subestimar hasta qué punto la realidad es fija y universal.