La obra artística de Aimeé García se ha caracterizado por la autorreferencialidad, dirigida desde la intimidad hacia la sociedad. Ha tomado la imagen de su cuerpo como símbolo para discursar sobre su condición de mujer y artista. Ha utilizado la pintura y la fotografía como bases creativas, a las que añade materiales como pelos, hilos, cuchillos y metales. En los últimos años ha creado una especie de objetos-instalaciones utilizando materiales que le permiten reflexionar sobre la vida cotidiana y sus contradicciones. Las manualidades, específicamente lo relacionado con el bordado y el tejido, han estado presentes en casi la totalidad de su obra. El impacto de la información y la influencia de los medios de comunicación en la sociedad han constituido un punto de interés para la artista. García aborda este tema desde la mirada femenina que distingue su producción. En Sin título decidió bordar los periódicos publicados en Cuba, “borrando” con hilo cada letra. El discurso de los periódicos, en este caso de un periódico oficialista cubano, se convierte entonces en algo abstracto; lo dota de una apariencia decorativa, a la vez que banaliza el discurso ideológico del poder para crear finalmente un espacio de reposo mental, de tranquilidad, frente a la abrumadora avalancha mediática a que estamos sometidos a diario.